Hermes
Crespo Escobar
RESUMEN: Lograr
un aprendizaje para la vida, es uno de los principales retos que tenemos a
nivel educativo en el marco de la sociedad del conocimiento en la que actualmente
vivimos, la evaluación cuya genuina función es la de mejorar el proceso de
enseñar y de aprender puede ser nuestra luz en el camino, en este artículo
veremos cómo debe llevarse a cabo la evaluación dentro los ambientes de enseñanza
constructivistas, cual es la propuesta de la evaluación auténtica respecto a
los enfoques tradicionales de evaluación, cómo deben ser las tareas y el
contexto para que sea “auténtica” y por último nos enfocaremos en la elaboración
de rúbricas como instrumento de evaluación que se sugiere socializar al
principio de la tarea propuesta, de forma de que los estudiantes estén
conscientes de las dimensiones y los criterios de evaluación y no sea esta un
misterio para ellos.
PALABRAS CLAVE: evaluación, evaluación
auténtica, aprendizaje activo, rubricas.
ABSTRACT: Achieve learning for life, is one of the major
challenges we have an educational level within the framework of the knowledge
society in which we live, evaluation whose true function is to improve the
process of teaching and learning can be our light on the road, in this paper we
will see how it should be done the evaluation within environments
constructivist teaching, which is the proposal of authentic assessment over
traditional evaluation approaches, how they should be the tasks and context for
is "authentic" and finally we will focus on the development of
rubrics as an assessment tool suggested socialize at the beginning of the
proposed task so that students are aware of the dimensions and evaluation
criteria and other than this one mystery to them.
Keywords: evaluation, authentic evaluation, active learning,
rubrics.
1 INTRODUCCIÓN
Nos cuestionamos con frecuencia si el actual
sistema prepara realmente a los estudiantes para enfrentar el reto de la
sociedad “moderna”; es decir, si los capacita para continuar aprendiendo a lo
largo de la vida.
La
práctica educativa hacia el aprendizaje y desarrollo de competencias, requiere
concebir el aprendizaje como una construcción activa y social de conocimientos,
de forma reflexiva y, sobre todo, con estrecho vínculo al contexto de referencia
del objeto de estudio, como por ejemplo lo que propone el Aprendizaje Situado [1] el Aprendizaje Basado en Problemas [2]; y el Aprendizaje
Activo [3].
¿Qué tan bien preparados están los profesionales
jóvenes de hoy para enfrentar los desafíos de la sociedad de conocimiento?
Revisar
las actuales formas de evaluación, cuestionar su adecuación e intentar
convertirla en el catalizador del cambio necesario, representa, en la práctica,
otorgarle a la evaluación su genuina función de mejora del proceso de enseñar y
de aprender.
Este
análisis preliminar advierte la necesidad de un cambio sustancial en las
tradicionales formas de enseñar y de aprender y, consecuentemente, en la forma
de evaluar.
Entonces
¿cómo debe ser la evaluación? ¿Para qué evaluar?
Cuáles
tipos de instrumentos de evaluación serían más adecuados para aprendizajes que
hayan sido logrados en ambientes de enseñanza con enfoques más constructivistas, donde los estudiantes trabajan
en colaboración y con una variedad de herramientas y recursos, sobre
actividades auténticas.
La evaluación auténtica del aprendizaje, es
una forma alternativa de evaluación, orientada a la mejora de las prácticas
docentes.
¿Qué implicaciones tiene para la evaluación
esta concepción educativa?, ¿Qué y cómo evaluar?.
Esperamos responder a estas y otras
interrogantes en el presente artículo.
2 EVALUACION AUTENTICA VS EVALUACION TRADICIONAL
Existen
“formas alternativas de evaluación”, tales como evaluación auténtica,
evaluación basada en el desempeño, evaluación de materiales, contenido en
carpetas (portafolios), entre otras [4].
La
evaluación auténtica es una expresión genérica que describe una variedad de nuevos
enfoques sobre la evaluación [5].
La
implicación básica del término “auténtico” está referida a que la evaluación se
basa en tareas que han de ser realistas.
En
la práctica esta definición representa un desafío a la tradición de evaluar en
el aula y a base de pruebas de lápiz y papel (examen tipo test).
La
evaluación tradicional sumativa, al centrarse en el resultado, obliga a
utilizar procedimientos o pruebas sobre “trabajo” terminado. De este modo se
separa la evaluación de la enseñanza, en tanto esta tiene lugar cuando supuestamente
se ha conseguido el objetivo y es momento para que el estudiante haga público
su conocimiento o lo que es peor, someterlo a examen.
Tales
procedimientos no son lo suficientemente flexibles como para explicar las
diferencias culturales que participan de la construcción del conocimiento y del
aprendizaje.
Además,
son empleados, fundamentalmente, para establecer un orden entre los estudiantes,
más bien que para determinar el nivel de comprensión de los mismos.
Al
contrario de las evaluaciones tradicionales, la evaluación auténtica significa que la evaluación se planifica y se
desarrolla al mismo tiempo que se enseña [6].
El
carácter auténtico de la evaluación queda definido por su vínculo con el mundo
real, con la vida cotidiana, exige que
el estudiante demuestre su conocimiento
en la práctica (aprender haciendo).
Las
situaciones auténticas de evaluación deben tener dos atributos esenciales:
· Diseños
que preservan la complejidad de la vida real, con toda su riqueza situacional.
· Actividades
que en sí mismas tienen integradas la evaluación.
Otra
cuestión esencial que explica lo auténtico en la situación de evaluación es la
naturaleza de las demandas cognoscitivas, las cuáles deben corresponder a
necesidades reales para el desenvolvimiento de los estudiantes como ciudadanos
o como futuros profesionales.
3 LA TAREA AUTENTICA
En
[7] se argumenta que lo que hace auténtica la evaluación es justamente la
evaluación basada en tareas reales lo cual resulta un condicionante para lograr
el desarrollo de competencias, enseñar y aprender el planteamiento y la
resolución de problemas cotidianos, entiéndase tareas auténticas.
La
necesidad de contextualizar la evaluación en tareas interesantes, auténticas,
de la realidad vital, es descrita como uno de los elementos cruciales de la
evaluación “alternativa” o evaluación basada en competencias [8]. Dochy en [8] describe
la evaluación como la aplicación del conocimiento a casos actuales, casos auténticos,
pertenecientes a mundo real.
La
evaluación auténtica requiere que el estudiante integre sus conocimientos,
habilidades y actitudes, conduce al planteamiento de tareas con cierta
complejidad, generalmente presentadas como problemas con varias soluciones
posibles que implican múltiples disciplinas. En el mundo real se percibe como
problemas situaciones que tienen estas características.
Otra
idea interesante en relación con la dimensión subjetiva de la tarea auténtica
es el planteamiento del aprendizaje como “contrato”. Es decir, la tarea de
aprendizaje se discute, se “negocia” su planteamiento y las condiciones de
realización [9]. Esta situación de aprendizaje implica un diálogo del docente
con los estudiantes en función de compartir la representación de las demandas de
la tarea, explicitar los elementos personales y del contexto que involucra,
tales como habilidades requeridas en relación con la dificultad de la tarea, el
grado de esfuerzo que exige la realización, la ayuda disponible así como logros
y fallos más frecuentes que se han registrado en relación con la solución de la
problemática planteada.
La
mejora de la ejecución depende del feedback que reciba el alumno. Es por ello que
las acciones dirigidas a la retroalimentación del proceso de aprendizaje
(feedback) deben ser oportunas y sistemáticas. Requiere describir la ejecución
e indicar, con suficiente claridad, lo que debe mejorarse; son necesarios breves comentarios críticos estimuladores, más que
calificaciones.
En
síntesis, la tarea auténtica es el objeto de la evaluación, en sí misma es un problema
que confronta al estudiante con actividades que se realizan en la vida cotidiana
o en la práctica profesional. La tarea es más auténtica en tanto su desarrollo
implique mayor cantidad de acciones en contextos reales, más allá del aula. Por
otro lado este carácter de “autentico” no es tal sin que el estudiante lo
perciba o lo represente. Por tanto, es indispensable acercar la tarea al mundo
del estudiante, es decir, a sus experiencias, intereses, etc., de modo que sea significativa
y relevante desde su perspectiva.
4 EL CONTEXTO EN LA EVALUACION AUTENTICA
La
tarea por sí sola no determina la autenticidad de la situación de aprendizaje,
es preciso que su desarrollo se realice en un contexto
Debemos
tener en cuenta el contexto físico, desde la presentación del contenido, los
materiales de estudio, recursos y herramientas que se pondrán a disposición del
estudiante para resolver la tarea. Otro asunto importante relativo a la
autenticidad del contexto físico que se debe considerar es el tiempo que los
estudiantes dispondrán para realizar la tarea, teniendo en cuenta que,
frecuentemente, en la vida real, resolver problemas puede consumir más tiempo
del previsto. Es decir, el concepto de evaluación y de tarea auténtica no da
lugar a restricción de tiempo para resolverla. Esta es una diferencia sustancial
con la evaluación tradicional.
No
solo es necesario tener la aproximación de la evaluación al entorno físico, además
es preciso considerar las influencias del contexto social en la situación de evaluación.
En [10] Brown, Collins y Duguid explican que las tareas auténticas deben reflejar
la naturaleza de las prácticas que involucra la situación de aprendizaje, por
ejemplo, trabajar en grupos o individualmente.
Resulta
imprescindible concebir un clima social
favorable en torno al aprendizaje. Esencialmente este requerimiento se
consigue a partir de mantener el diálogo constante, sustantivo y constructivo,
que supone considerable intercambio de nuevas ideas, puntos de vistas y
cuestionamientos más que el reporte o la descripción de experiencias y/o la
exposición de definiciones.
En
este diálogo participan todos los estudiantes y el profesor asume el rol de facilitador y de conciliador,
manteniendo el feedback requerido para conseguir la adecuada comprensión del
objeto de estudio y estimular la construcción significativa del conocimiento.
Este ambiente de aprendizaje exige al docente asumir una función socializadora
más que instructiva, compartiendo la tarea de aprendizaje con los estudiantes,
acompañándolos durante el proceso de construcción del conocimiento, ofreciendo
ayudas para el desarrollo de la tarea y la resolución del problema planteado.
5 COMO JUZGAR LA CALIDAD DEL APRENDIZAJE
Desde
la dimensión de autenticidad la determinación de los indicadores para juzgar la
calidad del aprendizaje involucra tres procesos básicos [11].
· Definición
de criterios para evaluar el trabajo.
· Definición
de las evidencias que pueden ser juzgadas como relevantes en relación con los
criterios definidos.
· Elaborar
juicios para valorar el alcance del conocimiento logrado.
Tradicionalmente
el docente es el agente en estas tres cuestiones. Es él quien decide qué y cómo
evaluar. En cambio, la evaluación auténtica supone involucrar al estudiante en
todo el proceso, introduciendo formatos de autoevaluación y co-evaluación.
Ofrecer oportunidades para que los estudiantes participen de la toma de
decisiones en relación con los términos de su trabajo, definir acciones,
justificar condiciones, lugar y tiempo necesario para su realización, aumenta
la motivación y la responsabilidad con la tarea a realizar.
Esta
dimensión se relaciona con el tipo de respuesta que se espera del estudiante, y
que en principio se concibe independiente del contenido al que hace referencia.
De
este modo, teniendo en cuenta que, como afirma Bigs en [11], un principio de la
evaluación para el aprendizaje de calidad es tener en cuenta ‹ cómo y qué › los
estudiantes aprenden depende de cómo ellos piensan que serán evaluados;
entonces la tarea de la enseñanza se debe relacionar con enseñar a los
estudiantes para que puedan pensar, decidir y actuar en el mundo real de manera
informada y efectiva.
En
resumen, las claves que otorgan autenticidad a la respuesta del estudiante, son
dos:
· Evidencias
que demuestren competencias relevantes involucradas en la obtención de la
respuesta. Estas evidencias pueden ser soluciones, como nuevos conocimientos
adquiridos o desarrollados así como habilidades y destrezas para su
instrumentación (uso de recursos y herramientas).
· Posibilidad
de hacer pública la respuesta; es decir, la tarea no se da por resuelta sino
tiene un feedback social, lo cual debe solicitarse a los compañeros de clase o mejor
aún, a un auditorio social más allá del aula, al que se vinculó el desarrollo
de la tarea.
Por
último, una cuestión esencial que determina la autenticidad de la evaluación, desde
esta dimensión, es el principio de transparencia y el requerimiento de hacer explícitos,
flexibles y compartidos tales criterios, los cuales, por tanto, adquieren además
el carácter de guía durante el proceso de resolución de la tarea.
Para
esta tarea nos pueden ayudar bastante lo que son las rúbricas, son guías de
puntuación usadas en la evaluación del desempeño de los estudiantes que
describen las características específicas de un producto, proyecto o tarea en
varios niveles de rendimiento, con el fin de clarificar lo que se espera del
trabajo del alumno, de valorar su ejecución y de facilitar la proporción de
feedback (retroalimentación) [12]
Existen
sitios que contienen rúbricas sugeridas correspondientes a cada tarea, como por
ejemplo RubiStars http://rubistar.4teachers.org/index.php
proyecto libre en el que se puede crear, editar, guardar rúbricas, así como
también ver las rúbricas creadas por otros y reutilizarlas / adaptarlas a lo
que nosotros necesitemos; otro sitio que contiene una base importatne de rúbricas es el del proyecto EDIA, al que
pueden acceder desde http://cedec.ite.educacion.es/es/noticias-de-portada/2178-rubricas.
Algo
que personalmente aplico con mis estudiantes es darles estas rúbricas de
evaluación junto con la tarea propuesta, de manera que desde un inicio ellos ya
tengan claro las dimensiones y los aspectos clave que se evaluarán, llegando a
negociaciones de algunos de estos de acuerdo al caso.
El
dominio que el estudiante adquiere de estos criterios le permite autorregular
su aprendizaje y, a la vez, aumentar la posibilidad de transferir e instrumentar
las competencias adquiridas a otras situaciones similares, es decir aprender
para la vida.
6 CONCLUSIONES
La evaluación basada en el desarrollo de tareas
auténticas otorga mayor validez a la evaluación del conocimiento, es decir de
la adquisición o desarrollo de competencias.
Por consecuencia, no solo el aprendizaje debe ser
auténtico, sino que la evaluación del mismo también y debe estar completamente
integrada en el ámbito que se genera.
Incrementar la autenticidad en la evaluación, incide positivamente
en la motivación por el aprendizaje. La experiencia de evaluación como una situación de aprendizaje en sí
misma hace más interesante, significativo y trascendente el proceso de
enseñar y de aprender, convierte una circunstancia educativa, tradicionalmente
impregnada de ansiedad y temor, en un auténtico reto hacia el crecimiento
personal.
Por último recalcar el principio de transparencia y el
requerimiento de hacer explícitos, flexibles y compartidos los criterios de
evaluación, en donde juegan un papel importante el diseño y uso de rúbricas,
que son proporcionadas al estudiante junto con la tarea auténtica propuesta, para
que desde un inicio este consciente de los aspectos que le serán evaluados.
7 REFERENCIAS
[1] Billet, S. (1996). Situated Learning: Bridging sociocultural and cognitive theorising.
[2]
Harrington, C.F. & Timothy, J.C. (2004).
Ecological problem based learning: An environmental consulting task. Journal of
AmericanAcademy of Business.
[3]
Cook, E.D. & Hazelwood, A.C. (2002). An
active learning strategy for the classroom.
[4] Herrington,
J. & Herrington, A. (1998). Authentic Assessment and multimedia. How university
student respond to a model of authentic assessment. Higher Education research
&Development, 17 (3).
[5] Torrance, H.
& John Pryor (1998). Investigating formative assessment : teaching, learning
and assessment in the classroom. Buckingham Philadelphia: Open University
Press.
[6] Black, P. J.
& William, D. (1998). Assessment and classroom learning. Assessment in Education:
Principles, Policy and Practices, 5 (1), 7-74).
[7] Gulikers, J.,
Bastiaens, Th., & Martens, R. (2005). The surplus value of an authentic learning
environment. Computers in Human Behavior, 21(3), 509-521.
[8] Birenbaum, M.
&, Dochy, F. (Eds.) (1996). Alternatives in Assessment of Achievement, Learning
Processes and Prior Knowledge. Boston: Kluwer Academic.
[9] Rogoff, B.
(1990). Apprenticeship in thinking: Cognitive development in social context. New
York: Oxford University Press.
[10] Brown, J. S.,
Collins, A. & Duguid, S. (1989). Situated cognition and the culture of learning.
Educational Research.
[11] Biggs, J
(1999). Teaching for quality learning at university. Society for research into Higher
Education & Open University Press.
[12] Reflexiones sobre la elaboración de rúbricas de
evaluación (2013). Proyecto COMBAS MECD.
1 comentarios:
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